Belén Galera

Acerca de la unión y la amistad que tengo con Maite Cotano, pero ya no solo yo, sino mi familia, es decir, mi marido y mis dos hijas. Maite siempre ha estado en dos buenos momentos que han ocurrido en mi vida, pero ciertamente que también ha estado en momentos que no han sido tan buenos.

Ella no se marchó de Llongueras hasta que yo no me casé. Es decir, nuestra amistad va desde el año 1995. Entonces, en previsión de que yo me tenía que casar, pues ella se mantuvo en Llongueras hasta que yo me casé y ella me pudo peinar. Ella fue quien me ayudó a vestirme. Quiero decir que ella siempre lo dice y lo recuerda, que soy la única que ha ayudado a vestir como novia porque mi madre, bueno, pues lo que pasa, los nervios y eso, no pudo hacerlo.

Ha estado presente y siempre ahí en todos los momentos. Es una persona cercana, una persona con un corazón, vamos, que no le cabe entre el pecho y la espalda, como se suele decir, y como profesional ni qué decirte.

Quiero decir, te puedes dejar tranquilamente en sus manos que se adaptará perfectamente a las necesidades que tú tienes en ese momento. Y eso, vamos, se ve con una persona que no tenga ningún problema de salud, cómo se ve exactamente con las personas que tienen un problema, por ejemplo, oncológico y necesitan pasar por ese proceso. Ella las acompaña desde el principio hasta el fin. Eso te dice mucho de lo que es Maite Cotano.

Mis hijas ya tienen 20, 25 años y no han pisado otra peluquería que no sea Maite Cotano. No se fían, ellas van a la peluquería como si fueran a su casa. Son tratadas con tanto cariño y tanta amistad y tanta cercanía que ellas están allí como si estuvieran en su casa. Van y si han ido sin comer, pues ella les prepara su sándwich, les prepara su agua, pues luego su café, su brownie…

Maite está atenta a las necesidades del cliente en todo momento. Sí que es verdad que quizás esta cercanía que tiene, este gran corazón y esta gran empatía, muchas veces le ha jugado muy mallas pasadas y yo creo que no se lo merece. No sé, creo que he dejado entrever muy bien la amistad que tengo y lo que yo creo y siento por Maite.

Yo si no puedo ir dos veces a la peluquería, pues voy una, pero siempre voy a ella. Con ella tengo lo que necesito, la confianza, la profesionalidad y una gran amistad. Maite Cotano es una persona que cuando en mi casa se dice voy a la peluquería, no se dice la peluquería, se dice voy a ver a la Maite.